14 octubre, 2025

A 110 años de la llegada del cine a Leones

Por Cristian Walter Celis | Especial para Nuevo Día

Según una crónica de la prensa cordobesa, a principios de 1914, Leones inauguró su primer salón cinematógrafo. La iniciativa, impulsada por Santiago Benvenuto, funcionaba en la Sociedad Italiana. Por entonces, Leones era un pequeño poblado con cerca de 4.300 habitantes, según el censo de 1914, al que algunos diarios como La Voz del Interior consideraban un “desgraciado pueblo” debido a la falta de higiene urbana y su escasez de servicios.

En el mes del cine nacional, reconstruimos los primeros indicios de la llegada del cine a Leones. La fecha fue recuperada por Marta Núñez en “Leones en el pasado y presente” (1980), a partir de la carta de un vecino enviada el 26 de febrero de 1914 a Los Principios, diario vinculado con la Iglesia Católica, y publicada el 3 de marzo. La nota plantea como dato sobresaliente “la transformación del local de la Sociedad Italiana «Patria e Lavoro» en un amplio y lujoso salón cinematógrafo”.

Según la misiva, la llegada del cine a Leones se debió a “la iniciativa y la consagración” del presidente de la entidad, que por entonces era Santiago Benvenuto (1902-1908 y 1912-1916). “Con esto se consigue ver congregadas, las principales familias de nuestra población, en algunos días de la semana”, asegura el vecino en su carta anónima, lo que permite inferir que no se trataba de un espacio abierto a todo público.

Al parecer, la llegada del cinematógrafo al país a fines del siglo XIX había despertado gran interés entre las familias acomodadas de la región, convirtiéndose en un atractivo. Un anuncio publicado en varias ediciones de Los Principios a comienzos de 1914, ofrecía en alquiler una casa recién construida sobre calle central, con un salón al frente que, por sus condiciones y situación, podía servir “para negocio importante y a la vez cinematógrafo”.

Sociedad Italiana de Leones.
Los Principios, 31/03/1914.

Pueblo de contrastes

Sin embargo, la llegada del cine a Leones se dio en un contexto de contrastes. Según las crónicas periodísticas de los primeros años de la década de 1910 e investigaciones de autoras como Marta Núñez, Margarita Mollar, Marta Ghione de Fauro y Norma Moroni de Bastino, por entonces, las condiciones de vida en Leones estaban muy lejos del progreso.

En sus primeros párrafos, el vecino que da testimonio del salón cinematógrafo advierte sobre las malas condiciones: “El viejísimo pozo que existe desde la fundación de esta villa, es el único que surte a la población, siendo también el propagador en la misma de las enfermedades más perniciosas. Hay que figurarse un pozo completamente descubierto en la calle principal por el tráfico y el polvo, frecuentado continuamente por una turba de seres que no tiene reparos en arrojarle desperdicios o basuras”.

El pozo de agua jamás había sido “limpiado de la inmensa cantidad de fango y de residuos acumulados”, lo que reforzaba el deficiente estado sanitario del pueblo. “En Leones hay más vino que agua”, resumía el vecino, dando pie a otra advertencia: “Hay en Leones 34 fondas sucias, verdaderos focos de corrupción. La embriaguez es el mal que azota nuestras poblaciones. Esto en razón directa de la civilización y del progreso. Entre nosotros, un pueblo recién fundado, no tiene escuela, pero ostenta ufano la clásica fonda”.   

Las proyecciones

En medio de atraso en materia urbanística, la llegada de un avance tan significativo como el cine, devela contrastes que ayudan a imaginar a ese Leones de 1914, en el que tampoco existía el servicio eléctrico. Según las autoras de “Génesis: reconstrucción histórica del proceso de organización institucional de Leones…” (2009), la energía eléctrica que se otorgó hacia 1915 fue para alumbrado público, con muy pocas columnas.

Después de 1916 comenzó a ampliarse el tendido público y a concretarse instalaciones en edificios. Sin embargo, la electricidad era un servicio básico que hacia fines de la década sólo se otorgaba de noche: desde el crepúsculo hasta las cuatro de la madrugada en verano y hasta las seis de la mañana en invierno.

Debido a esto, ¿cómo se realizaban las primeras proyecciones en la Sociedad Italiana sin electricidad? Las precisiones sobre el modo de uso del cinematógrafo no aparecen en crónicas ni en archivos. Sin embargo, los primeros aparatos tenían un funcionamiento manual a través de manivela. Es probable que, hasta la expansión de la electricidad, en Leones se usara ese mecanismo para las proyecciones, las cuales no eran masivas.

Cinematógrafo. Foto: La Revue du Siécle, mayo-junio 1897, Lyon, Francia.

En cuanto a las películas que veían esas familias destacadas tampoco hay datos. Solo como guía, podemos tener en cuenta que en las ediciones de marzo y abril de 1914 de Los Principios aparecen algunos títulos de películas que se emitían en Córdoba como los dramas “Venganza de mujer”, “El espía”, “La orden del servicio” y “Su obra maestra” u otras cómicas como “Un idilio en la granja” y “Quién lleva los pantalones”.

Otro dato a tener en cuenta es que, hasta fines de la década del ´20, los films eran en blanco y negro y sin sonido sincronizado. El inicio del cine tuvo lugar en 1895, a partir de la primera proyección y presentación del cinematógrafo por parte de Louis y Auguste Lumière, en Francia. El cine mudo llegó a la Argentina meses después.

La primera proyección en el país tuvo lugar el 18 de julio de 1896 en el Teatro Odeón de Buenos Aires, donde se emitieron cortometrajes de los Lumière. A través de un cinematógrafo Pathé se llevó adelante la primera filmación argentina el 25 de octubre de 1900, cuando se registró la visita del presidente de Brasil, Manuel Ferraz Campos Salles, junto a su par argentino, Julio A. Roca.

“La Revolución de Mayo”, primera película argumental nacional, se estrenó el 23 de mayo de 1909, de allí que esa fecha es considerada Día del Cine Nacional. Disponer de este revolucionario invento en Leones casi dos décadas después de su aparición, y a cinco años de la proyección de la primera película argentina, revela las ansias de progreso de algunas de las primeras familias que conformaron el poblado, como los Benvenuto y los Canale.

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