“Este es un espacio de encuentro entre adultos mayores. El objetivo es que a partir de sus inquietudes sumadas a juegos y actividades recreativas, las personas puedan mantener el cerebro en forma. Como cualquier otra parte de nuestro organismo, el cerebro necesita del movimiento, de la novedad, de la interacción social para mantenerse saludable”, asegura Ana Belén Margherit, quien desde hace 11 años coordina el taller de memoria del Centro de Jubilados y Pensionados de Leones.
La idea surgió a partir de un proyecto de la psicóloga Victoria Ordazzo, y comenzó a funcionar en el marco de los programas preventivos de PAMI, junto a otros talleres de promoción de la salud en adultos mayores, como el de nutrición, tejido o gimnasia.
Con el tiempo, este espacio se fue consolidando bajo la coordinación de Ana Belén. En la actualidad, cerca de 35 personas, en su mayoría mujeres, concurren una vez por semana al Centro donde, tras un primer café de encuentro, durante una hora y media realizan distintas dinámicas con juegos orales y escritos.
Las propuestas buscan estimular las diferentes funciones cognitivas: atención, lenguaje, cálculo, creatividad, memoria. Sin embargo, eso no es todo. En diálogo con Nuevo Día, Ana Belén señala que a lo largo del año también se busca formar un grupo, una red, algo que es muy importante en todas las edades pero en especial entre las personas adultas mayores, “porque a veces las pérdidas empiezan a estar a flor de piel”.
Mucho más que juegos de memoria
Este taller está orientado a adultos mayores, personas con más de 60 años según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque para esa condición existen factores físicos y socioculturales que influyen. Si bien el espacio lleva en su nombre el concepto de memoria, su planificación apuesta a poner en valor diferentes estrategias. “El objetivo es la estimulación cognitiva, pero también el encuentro entre pares para compartir lo que van sintiendo y les va pasando en esta etapa”, dice la psicóloga.
“La estimulación consta principalmente de la novedad –explica- A veces, uno cree que estimular la memoria es hacer una sopa de letras o un crucigrama, pero va más allá. Implica hacer algo distinto, abrirse a la novedad, lo cual va desde charlar con alguien nuevo, ir a merendar y pedir algo que nunca comí o empezar un curso de idiomas o de baile, por ejemplo.”

En ese sentido, además de los encuentros semanales, una vez al mes, el grupo sale a merendar a distintos lugares de Leones. Por otro lado, cada integrante lleva un cuadernillo de actividades escritas para que, a su ritmo, siga teniendo propuestas luego del momento compartido.
Siguiendo con la idea de establecer redes, los integrantes no sólo interactúan entre ellos sino también con la comunidad mediante visitas a escuelas primarias y secundarias. El año pasado, a su vez, realizaron actividades junto al ex Museo Histórico Leonense Itinerante (MuHLI) y el Club de La Porota, un colectivo de Córdoba que aborda temáticas de adultos mayores.
Sin presiones
Una de las claves del taller es el disfrute, de allí que en los encuentros se trabaja desde el humor, sin exigencias y respetando los tiempos de cada uno, poniendo como prioridad pasar un buen momento en grupo para mantener el cerebro en forma.
Ana Belén Margherit aclara que “asistir al taller no implica que se va a recordar más. El objetivo es desarrollar estrategias para recordar de mejor manera y hacer una gimnasia cerebral, mientras se pasa un buen momento. A veces, las personas llegan pensando que no van a poder, o que esto es una escuela en la que les tienen que salir bien las cosas y al estar acá se dan cuenta que cada uno va a su ritmo”.

Otro de los ejes es el abordaje del concepto de “viejismo”. En el marco del buen trato a los adultos mayores, los integrantes hicieron un video para visibilizar los modos en que se reproduce la idea de envejecimiento, basados en prejuicios o mandatos sociales que establecen pautas que una persona debe hacer o dejar de hacer, según la edad.
¿Por qué es importante trabajar la memoria en adultos mayores?
ABM: Como seremos humanos, desde una concepción holística, es importante prevenir y promocionar todo lo que tenga que ver con cerebro, cuerpo y alma o espíritu. Con el paso del tiempo, la memoria se va afectando. En muchas personas, aparecen los “olvidos benignos”, cuestiones propias de la edad que llevan a un procesamiento más lento de la información y que afecta, especialmente, la memoria reciente.
A veces, uno recuerda cuestiones de la infancia –la memoria de largo plazo- pero olvida lo último que le dijeron. Por eso, en el taller trabajamos mucho con la memoria reciente, con la atención, porque nos encontramos en una sociedad hiperestimulada: estamos en el presente, pero a la vez contestamos WhatsApp y hacemos otras cosas al mismo tiempo. Si tenemos la atención dispersa, eso también afectará a la memoria.
Vamos hacia una sociedad con personas que vivirán muchos años, por lo que la idea es llegar lo mejor posible a esta etapa para ser lo más autónomos posible. Y la memoria es una parte importante en eso.
¿Cuál es la principal dificultad que observa en quienes llegan al taller?
ABM: En el taller trabajamos distintos ejercicios de estimulación cognitiva y temáticas que atraviesan a las diferentes vejeces, porque no hay una sola forma de envejecer. Hay tantos adultos mayores como personas en el mundo, a quienes les atraviesan cuestiones como los duelos, la soledad, lo físico, las redes en las amistades, el vínculo con sus hijos, el ser abuelos, la sexualidad. Todo eso es abordado en el taller.
En mi caso, trabajo desde una orientación que busca deconstruir el concepto de “viejismo”, creer que por tener una determinada edad ya hay cosas que no se pueden hacer, como por ejemplo tener novio, salir a bailar, arrancar un nuevo curso, elegir la ropa. La clave está en que ellos se valoren a sí mismos, que conozcan el aporte que tienen como adultos mayores en la comunidad y que se conecten con lo activo, con lo vital. Envejecer no es sinónimo de deterioro, enfermedad ni muerte.

En lo que va de 2024, el taller realizó peñas y chocobingos para sostener actividades y servicios en un contexto difícil. En septiembre, tendrá lugar una choripaneada para celebrar la Semana del Jubilado y encontrarse entre los talleres. A su vez, está prevista otra peña en octubre y la muestra anual en la calle, a fines de noviembre, donde familiares y la comunidad se reunirán con los participantes para celebrar el fin de año, ver lo realizado, jugar y conocer más de cerca las actividades.
Quienes quieran sumarse al taller de la memoria pueden hacerlo tras asociarse al Centro de Jubilados y Pensionados de Leones (Rivadavia 977). El grupo se reúne una vez por semana (martes o jueves), de 16 a 17.30, y el costo es de 7.000 pesos mensuales.
Fotos: Nuevo Día.