*Por Noelia Carola Salguero
La familia es una institución social básica que ha estado y seguirá estando presente a lo largo de la historia de una forma u otra.
No es una realidad estática que permanece invariable, al contrario, la capacidad de adaptación y flexibilidad son características claves en las dinámicas familiares actuales.
Han ido adoptando distintas formas y experimentando numerosas transformaciones ligadas a los cambios en la sociedad: Influenciadas por la tecnología, con un enfoque en la equidad de género, la conciliación trabajo- vida y moldeada por valores y normas cambiantes.
Estos cambios han traído modificaciones en los roles familiares: la mayor igualdad de género y la incorporación de las mujeres al mercado laboral redefinen los roles tradicionales siendo ahora más flexibles ya que los adultos responsables de cada hogar contribuyen en equipo con el trabajo, las tareas domésticas y crianza.
Pero hay algo respecto a las familias que no ha cambiado: su rol principal
Sin importar cuál sea el modelo de familia, ésta debe cumplir funciones elementales de principios sociales, de salud, psicológicos y por supuesto, pedagógicos ya que es considerada la principal institución formadora de personas para la sociedad humana actual y futura siendo insustituible, reconociéndose de esta manera, su importancia y compromiso en la educación de toda persona.
Todas las familias educan y socializan a sus hijos hasta convertirse en personas adultas. Por éstas razones el seno familiar debe ser una base solida, segura y confiable ya que es el primer contexto en que los niños crecen y aprenden a nivel personal y social .
Para concluir, se puede afirmar que diversidad es la palabra que mejor define a las familias del siglo XXI. Hoy, los hogares están habitados por diferentes versiones, distintos modelos de organización, estructura y funcionamiento familiar: Familia nuclear tradicional. Familias monoparentales, ensambladas. Familias sin hijos por elección o no. Familias con parejas del mismo sexo
Respecto a ésta diversidad, más allá de que dentro de la sociedad nos encontramos con posiciones y pensamientos muy diferentes unos de otros, es importante resaltar que se trata de una realidad actual y habitual a la que no se le puede dar la espalda y se debe seguir concientizando.
En este sentido cobran un papel importante los adultos, las escuelas, las instituciones y los medios de comunicación: acercando a las nuevas generaciones al conocimiento de la diversidad, evitando los prejuicios y la discriminación, utilizando un lenguaje inclusivo, fomentando valores como la igualdad, la empatía y el respeto hacia el otro, visualizando qué la pluralidad familiar existe enseñando que los amigos, compañeros, vecinos, primos quizás pertenezcan a familias diferentes a la suya, que no importa cuánto difiera una familia de otra, todas son válidas y lo primordial son los valores, el amor y el respeto que une a los miembros de cada una.
*Licenciada en Psicología – MP: 11816 –
Contacto: 3472 53-5035


