“En el Área de Bromatología tratamos de estar al lado de la gente, trabajar en conjunto para la inocuidad de los alimentos, al igual que nuestra función de controlador. Se está viendo un “boom” en la producción de alimentos, muchos están elaborando y lo que hacemos es acompañarlos para que puedan trabajar de forma segura, con el fin de que todos ganemos: ellos con su trabajo y la gente sin tener ningún problema de salud”, señala Marcela Ongini.
Además del control de los alimentos que se producen y comercializan en Leones, el área también se ocupa de coordinar el Hogar de Día Juan XXIII y de colaborar con sugerencias de menús en el Hogar del Niño, brindándole también a su personal capacitación en bromatología.
“El Hogar de Día es un espacio muy lindo que ayuda a alimentar diariamente a alrededor de 40 abuelos. Pero no solamente quedamos en eso, sino que los adultos mayores también tienen diferentes actividades recreativas”, describe la directora de ese centro municipal.
Alimentos con sello leonense
Desde 2004, Marcela Ongini viene ocupándose de diversos aspectos vinculados con la bromatología en la Municipalidad de Leones, donde coordina un equipo de 7 integrantes que desempeñan funciones en distintos espacios del área. Pero ¿qué es la bromatología? ¿por qué este aspecto afecta de manera directa al bienestar de los leonenses?
“La bromatología es la ciencia que se encarga del cuidado de los alimentos, desde su origen hasta que llegan a la mesa del consumidor -explica la especialista formada en universidades de Córdoba, Entre Ríos y Rosario- Nuestro trabajo tiene como objetivo garantizar la seguridad alimentaria, es decir, que los alimentos sean seguros y no representen un riesgo para la salud”.
Según la licenciada en Nutrición, desde el municipio “hay un fuerte compromiso en el control de los alimentos, algo que no se hace en todos los pueblos”. En su diálogo con Nuevo Día, Ongini también resalta que la clave de su área implica mucho acompañamiento a los actores que forman parte de los procesos que involucran a los alimentos. “(Nos interesa) ayudar al comerciante, al cuidado de la gente y a los espacios del Hogar de Día y del Hogar del Niño”, asegura.
Para lograr ese objetivo, la lista de tareas es extensa. En el área se ocupan de brindar capacitación a la comunidad y cursos obligatorios para la obtención del carnet de manipulador; controlan los alimentos que ingresan a la localidad; realizan inspecciones en comercios, fábricas y vehículos que transportan alimentos; asesoran a elaboradores y comerciantes en prácticas de higiene y manipulación y habilitan establecimientos como despensas, rotiserías, fábricas y vehículos que distribuyen alimentos, verificando que cumplan con los requisitos legales y sanitarios.

¿Cuáles son las problemáticas de bromatología más comunes en Leones?
MO: Tenemos situaciones comunes como la venta y la elaboración de alimentos sin habilitación y con fechas vencidas. Esto no solo infringe las normas, sino que también pone en riesgo la salud de quienes los consumen.
Por eso, es necesario que trabajemos en conjunto: habilitar el comercio, fábrica o transporte de alimentos no es solo un requisito legal, sino una forma de compromiso con la comunidad. Nosotros estamos para asesorar, capacitar, controlar y acompañar en todo el proceso.
Varias veces recalcó el rol de acompañamiento, ¿cómo es la relación con comerciantes, especialmente con quienes se inician en el sector gastronómico?
MO: El vínculo es cercano y colaborativo. Sabemos que iniciar un negocio no es sencillo, por eso brindamos herramientas, explicamos los requisitos, capacitamos sobre manipulación segura de alimentos y orientamos en cada etapa del proceso para lograr una habilitación exitosa. El trámite inicia en el área de Comercio y, en conjunto con las diferentes áreas municipales, se les brindan a las personas los requisitos para el funcionamiento.
¿Qué tipo de negocios gastronómicos predominan?
MO: Si bien en Leones predomina todo tipo de emprendimientos, podría decir que la elaboración de alimentos es lo que más se destaca. En este caso, acompañamos en el cumplimiento del asesoramiento en cuanto a lo edilicio, las buenas prácticas de manipulación y el etiquetado, entre otros temas.

Capacitación y prevención
Más allá del acompañamiento a los negocios gastronómicos y de los controles en el circuito de los alimentos, otra de las funciones del área es la capacitación para evitar la contaminación alimentaria, uno de los riesgos que más preocupa al equipo de especialistas.
¿En qué consisten las formaciones que brindan? ¿Cómo es la relación con la comunidad, en ese sentido?
MO: La relación con las instituciones es cordial y colaborativa. Tenemos un fuerte lazo, ya que éstas realizan eventos gastronómicos con frecuencia, lo que permite las continuas reuniones y capacitaciones sobre inocuidad alimentaria y formas de trabajo. En el caso de las escuelas, todos los años hacemos intervenciones educativas sobre diferentes temáticas de la seguridad alimentaria.
¿Cuál es el principal tipo de contaminación que suele darse en Leones?
MO: En esta etapa, estamos insistiendo en evitar la contaminación cruzada, la cual ocurre cuando microorganismos, como bacterias, pasan de un alimento a otro o de una superficie a un alimento, contaminándolo. Es una de las principales causas de enfermedades transmitidas por alimentos.

¿Y cómo se puede evitar?
MO: Hay varias maneras: separando alimentos crudos de los cocidos o listos para consumir, usando utensilios y tablas diferentes, lavándose bien las manos antes y después de manipularlos, manteniendo superficies limpias y desinfectadas constantemente, conservando los alimentos a temperaturas adecuadas (frío o calor, según corresponda) y evitando el contacto entre los que están crudos de los cocidos durante el almacenamiento.
Adultos y niños, otro desafío
La alimentación nutritiva en la infancia y la tercera edad constituye uno de los desafíos prioritarios para quienes se dedican a este tipo de tareas. En ese sentido, Ongini le cuenta a Nuevo Día que el municipio cumple un rol fundamental en ese aspecto, pero que tanto el Hogar de Día como el Hogar del Niño son lugares donde no solo se brindan alimentos, sino también “contención, acompañamiento y un entorno social saludable”.
Según la funcionaria, “en el caso del Hogar de Día, la alimentación cubre aproximadamente el 75% de las necesidades nutricionales diarias de los adultos mayores, pero además del desayuno y del almuerzo, el espacio también se convierte en un lugar de encuentro, de recreación y de cuidado integral, favoreciendo no solo la salud física, sino también el bienestar emocional”.

Los abuelos son recibidos de lunes a viernes por la mañana. El equipo también organiza propuestas que buscan potenciar los vínculos y las emociones. “Los jueves, por ejemplo, salimos a la comunidad, vamos a tomar un desayuno en diferentes lugares o hacemos visitas recreativas. Durante los otros días, las personas también tienen diferentes actividades como gimnasia”, describe la directora del Hogar de Día.
El equipo
-Marcela Ongini, directora del Área de Bromatología y del Hogar de Día Juan XXIII.
Área de Bromatología municipal
-Inés Cappelli
-Viviana Velazquez
-Gustavo Emiliani
-Jorge Arévalo
Hogar de Día
-Natalia Mendoza
-Iara González
-Romina Bosio

Fotos: Nuevo Día y Área de Bromatología municipal.