22 septiembre, 2025

Tradición familiar y política. Eugenia Ferrero y Franco Marengo

Son treintañeros y provienen de familias con trayectoria política. María Eugenia Ferrero (38) comenzó en este ámbito en 2014, y entre 2019-2023 ocupó por primera vez una banca como concejal radical, que renovó en diciembre. Franco Marengo (33), bisnieto de uno de los fundadores del peronismo local, acaba de incorporarse al Concejo.

En diálogo con Nuevo Día, estos jóvenes nos cuentan de qué manera la tradición familiar les impulsó a participar en política y qué valores les guían. “Esta actividad es muy criticada por la sociedad, y con justa razón, pero siempre digo que desde nuestra honestidad y sinceridad, resulta valioso agregar un granito de arena en tanto lodo”, dice Eugenia.

De la mesa familiar a las urnas

Un repaso de los candidatos que formaron parte de las elecciones municipales desde 1983 permite reconstruir, en muchos casos, una línea atravesada por lazos familiares. Historias de vida, ideas, valores y trayectorias que buscan canalizarse mediante uno de los pilares del sistema democrático: los partidos políticos.

En las elecciones de 2023, a 40 años del regreso de la democracia, la tradición familiar siguió presente en apellidos como Costa, Liberati, Antúnez, Partridge, Dominaz y Paschetti, entre muchos más. En ellos perduran las memorias de abuelos, padres y madres que en el siglo XX acompañaron el devenir político leonense.

Concejo Deliberante

En el radicalismo, una de las mujeres que viene dejando su impronta es María Eugenia Ferrero, concejal junto a Lisandro Antúnez entre 2019 y 2023 por Córdoba Cambia, cargo que renovó en 2023 a través de Juntos por el Cambio, y que desempeñará junto a Mauricio Rosso y Jorge Martin hasta 2025, porque decidió continuar solo por dos años.

“Uno de los mayores recuerdos de mi infancia es recorrer el comité en cada reunión y cenas. Esos recuerdos, sumados a los valores de mi madre y su compromiso con instituciones sociales, me empujaron a estar en política. Mucha gente me vio al borde de bajar los brazos en varias ocasiones, pero si hay algo que me caracteriza es caerme y levantarme miles de veces”, sostiene María Eugenia.

Eugenia Ferrero y su mamá, Liliana Garetto.

Hija de Liliana Garetto, la concejal reconoce que la trayectoria de su madre en el radicalismo marcó su rumbo en la política: “Mi mamá comenzó a participar después del Proceso, para contribuir al regreso de la democracia. Desde el comité trabajó para la presidencia de Raúl Alfonsín, formando parte de la UCR Lista 3. Fue Secretaria del comité local y concejal suplente en la lista de Lisandro Antúnez, en 2007”.

Franco Marengo participa desde 2013 en el peronismo. “Me desempeñé como militante hasta que este año asumí por primera vez como concejal”, cuenta el bisnieto de José Miguel “Pepe” Marengo, quien hacia 1945 formó el peronismo local, y sobrino nieto de Hugo Daniel Rescaldani, senador provincial justicialista entre 1989 y 1993.

Casi 80 años después que su bisabuelo paterno Marengo y 35 que su tío abuelo materno Rescaldani, Franco sigue esa tradición: “En mi familia siempre se simpatizó por la política, su contenido y la forma de ayudar a cambiar realidades. A través de reuniones o en la cotidianeidad se hablaba y debatía sobre política, esto me llevó a involucrarme”.

Elijo creer

La frase que “La Scaloneta” marcó a fuego entre los argentinos en el Mundial de fútbol 2022 parece no repetirse en otros ámbitos. Según una encuesta de Poliarquía, la mayoría de las instituciones del país -Iglesia Católica, medios de comunicación, Congreso, Justicia, grandes empresas, sindicatos- despiertan escasa confianza.

Dentro del ranking, los partidos políticos constituyen una de las principales instituciones en las que los argentinos ya no creen. ¿Qué lleva, entonces, a estos jóvenes a seguir apostando por la política? ¿Por qué ellos sí elijen creer en ese ámbito?

“Estar en política no es fácil, hay mucha crítica y exposición ante la sociedad. Resulta difícil en muchos aspectos, en lo personal no vivo ni quiero vivir de la política –sostiene Ferrero- Las críticas estarán siempre, pero mi granito de arena honesto lo sigo aportando y puedo quedarme tranquila que mi función como persona pública está más que lograda y vamos por mucho más”.

Marengo decidió asumir por primera vez una banca como concejal tras el pedido de licencia de Fernando Gómez Ravasi, del espacio con tradición peronista y kirchnerista Leones Crece. Desde el 11 de abril, Franco acompaña a Ana Mariani, Ignacio Meyer y María Luz Lardone en el Concejo Deliberante.

Marengo al recibir su diploma, tras ser elegido.

En ambos casos, el compromiso con las ideas que sus familias promovieron a lo largo del siglo XX les anima a seguir creyendo en la política como medio de transformación. “Que se rompa, pero que no se doble”, escribía Leandro Alem. Un siglo después, María Eugenia Ferrero lo sostiene como “su mayor valor en política”. Consultada por otros valores que la guían, la radical agrega “respeto mutuo, responsabilidad y compromiso”.

El 17 de octubre de 1951, en su último discurso, Eva Duarte de Perón exclamaba: “Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”. Siete décadas después, desde la ciudad que supo llamarse Perón, Franco Marengo retoma los tres pilares justicialistas al ser consultado sobre su militancia: “justicia social, independencia económica y soberanía política”.

Es el último martes de un frío mayo y los concejales se hacen tiempo durante la sesión para tomarse las fotos en el histórico edificio municipal. A diferencia del Concejo de 1916, ahora también hay mujeres. El siglo XX parece haber dejado una certeza: la política, con aciertos y errores, sigue siendo el ámbito para que el debate de ideas derive en los consensos que permitan construir la mejor versión posible de nuestra sociedad.

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