A sus 80 años, Jorge Cerminato sigue capturando instantes en su Nikon D7100. Lugares, situaciones y momentos de la vida cotidiana son resguardados a través de su gran pasión: la fotografía.
“Mis lugares favoritos de Leones para fotografiar son las plazas, los clubes, las calles en distintas estaciones del año y edificios antiguos, porque me gusta lo natural”, le cuenta el fotógrafo a Nuevo Día en el marco del Día Mundial de la Fotografía, que se celebra cada 19 de agosto para recordar el origen del daguerrotipo.
Jorge comenzó a fotografiar a los 19 años con una Voigtlander de 35 milímetros y, tras hacer el servicio militar, retomó. Poco a poco, fue profesionalizándose: “Empecé siendo muy joven como diversión. Luego, me gustó y lo tomé con seriedad y mucha responsabilidad. Además, me ayudaba económicamente. En aquella época me formé mediante cursos, porque era lo único que había. Siempre traté de superarme al comprar nuevas cámaras, lo que implicó aprender cada día más”.
Seis décadas tras el “click”
“Una fotografía de calidad debe tener buena iluminación y enfoque, capturando momentos adecuados que transmitan interés y emoción”, sentencia.
Y si bien asegura no tener algún referente, en sus más de 60 años de trayectoria, el fotógrafo local llevó adelante diferentes tipos de producciones: periodísticas, sociales, artísticas, policiales.
“Me gusta todo lo que se refiere a fotografía y realizo todo tipo de eventos –dice- Sigo porque me apasiona sacar fotos”.
Durante 48 años colaboró para Nuevo Día, creado en 1974 por la familia Gallo. En ese tiempo, no existía Internet ni celulares, por lo que el fotógrafo cumplía un rol clave en las producciones periodísticas.
Más allá del trabajo en prensa, sus mayores desafíos se dieron en el ámbito policial: “Mis coberturas más difíciles fueron cuando sacaba fotos para la Policía y me encontraba con graves accidentes”.
Los eventos sociales también marcaron su profesión durante décadas: cumpleaños, casamientos, bautismos, comuniones, aniversarios. ¿Quién no conserva un álbum con fotos de algún evento familiar tomadas por Jorge Cerminato?
Una de las anécdotas que recuerda es, precisamente, un casamiento al que, curiosamente, no asistió ningún invitado.
De la cámara al celular
El avance de las nuevas tecnologías y el desarrollo de smartphones con sofisticadas lentes produjo importantes cambios en la profesión.
Para Jorge, esas transformaciones fueron un gran avance al que se adaptó sin problemas. Sin embargo, obtener imágenes con el propio celular motivó a que, en muchos casos, ya no hiciera falta un fotógrafo para dejar recuerdos de los encuentros familiares.
El lado B radica en la optimización de la imagen que las nuevas tecnologías ofrecen a los profesionales. “Me adapté rápidamente –señala- además, la tecnología me permite editar y mejorar las tomas”.
En las últimas décadas, los cambios no solo fueron técnicos sino también conceptuales, relegando el texto a la primacía de la imagen, especialmente en las preferidas de la interacción comunicativa de la sociedad actual: las redes sociales.
¿Hay futuro en esta profesión ante estos cambios? ¿Es factible vivir de ella en comunidades como Leones? Para Jorge vale la pena, pero es necesario tener en cuenta las tendencias, ya que “hoy en nuestra ciudad no se puede vivir de la fotografía, porque la gente usa sus celulares y hay pocos eventos”.
En ese sentido, al ser consultado sobre qué le diría a quienes quieren dedicarse a la fotografía profesional, comentó: “Que lo hagan por vocación, pero que piensen que hoy es un campo muy competitivo”.
10 postales de Leones, en la lente de Jorge Cerminato
Fotografías de la galería: Jorge Cerminato.
Fotos: Nuevo Día.