Por Lic. Ramiro Mondello*
Mi nombre es Ramiro Mondello, viví en Leones hasta los 18 años cuando me fui a estudiar Psicología a Córdoba.
El 28 de junio se recuerda cuando en la madrugada de ese día del año 1969, “la Policía de Nueva York ingresó a Stonewall Inn, para realizar una razzia, utilizando como pretexto que el establecimiento -que pertenecía a la mafia- no contaba con un permiso para vender bebidas alcohólicas”. Esta revuelta pasará a cobrar importancia decisiva en la historia del Movimiento LGBTTTIQ+ por haber sido la primer reacción espontánea y violenta contra los abusos persecutorios de las fuerzas policiales. De cualquier manera, este episodio es considerado como el fermento del movimiento de lucha por los derechos LGTB en EE.UU y el resto del mundo (Cocciarini, 2014).
Como alguien que creció en este pueblo podría decir que viví varios de esos disturbios, de esas minirevueltas que se dieron en mi recorrido. Desde el silencio hasta el amor y el acompañamiento. Porque en las soledades de las disidencias en los pueblos se tejen entramados de mútilples vínculos que nos ayudaron y ayudan a sobrevivir y a disfrutar. Coexisten en la oscuridad, en el presente y en el pasado esas lealtades que alojan y alojaron nuestras vivencias.
Podría decir que la primera revuelta que viví en el pueblo -y que sigue presente en mí- fue el de escuchar la historia de aquella mostra que lloraba y asustaba de noche, ese ser cuyo género se desconocía o asustaba, donde su identidad iba cambiando de persona a persona y ocupaba distintos cuerpos relegados de la luz del pueblo.
Mi segunda revuelta la pasó mi cuerpo amanerado, con sus expresiones femeninas sancionadas en las calles y su emocionalidad festejada en las aulas. Así muchas veces me escondía para que no me vieran caminando sintiendo vergüenza de ese cuerpo que expresaba lo que era y que en ese momento no quería. Y mi sensibilidad me acercaba al dolor de otrxs, de mis compañerxs.
La tercera revuelta ya estuvo en el secundario, donde mi cuerpo me delataba y mi mente se negaba a escuchar lo que estaba pasando tanto dentro de mí y también afuera. Porque ya empezaba a notar que habían otrxs como yo, escondiéndose y otrxs que estaban pidiendo, allá por el 2010, por el matrimonio igualitario. Paralelo a eso comenzaba mi interés por la psicología y empezaba a leer que la homosexualidad no era una perversión y que ya desde 1973 no era considerada un trastorno.
La cuarta revuelta fue compartirme con mis amistades hacer de lo ocultado algo expresado, valorado y reconocido. Comenzar a explorar mi sexualidad en el pueblo, construyendo las preguntas y tanteando algunas respuestas, provisorias todas. Se dieron muchas explosiones contenidas por mis amistades, quienes no tenían el poder del conocimiento pero sí de amorosidad de la escucha.
La quinta revuelta fue ya agregarle otros contenidos a mis experiencias, yéndome a estudiar, tramitando mis enojos y miedos. Conociendo otras personas y otros discursos. Volviendo al pueblo sólo para visitar a mis seres queridos.
Mi sexta revuelta surgió cuando volví al pueblo por la pandemia y en ese contexto de alejamiento de los vínculos pude construir otros que llevaron al grupo de Diversidad Leones. Allí nos juntamos a reflexionar y acompañarnos en nuestras experiencias situadas, donde reivindicamos nuestro presente y pasado así como el de otras personas que fueron silenciadas.
Hoy mis revueltas se hacen en la clínica, en el barrio Maldonado de la ciudad Córdoba y en la Fundación Validar acompañando a quienes se acercan al consultorio, contextualizando esas vivencias, situando las emociones en los contextos de violencias estructurales, compartiendo grupalidades seguras y alojadoras.
Es una suerte de enumeración que hago que no tienen su progresión sino más bien su circularidad, sus números con coma, sus silencios, sus fricciones con otras historias pasadas y presentes del pueblo. Es por eso que en mi hacer y pensar actual no dejo nunca de referenciar mi orientación y mi procedencia porque en esas revueltas encontré afectos y escuché otras historias.
*Licenciado en Psicología. Universidad Nacional de Córdoba.
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