La tecnologización de los campos de la región sigue creciendo mediante el empleo de diversas tecnologías avanzadas como los drones agrícolas, también conocidos como vehículos aéreos no tripulados (UAV).
Estos aparatos permiten desde monitorear cultivos, detectar plagas, rastrear y contabilizar ganado y hacer relevamientos del terreno hasta aplicar semillas, fertilizantes y fitosanitarios para fumigar, según el relevamiento realizado por Nuevo Día entre agricultores locales.
Dentro de sus beneficios, los expertos destacan el ahorro de tiempo y de costos, la precisión en el monitoreo digital, el análisis de datos mediante la transmisión de videos en directo, la generación de mapeos y el acceso a terrenos difíciles.
A su vez, resultan provechosos para el medio ambiente y la seguridad de los operarios, ya que al aplicar fitosanitarios evitan desperdicios y reducen el contacto. Esto los pone a competir con métodos más tradicionales como avionetas, tractores y pulverizadoras.
Las principales desventajas aparecen con condiciones climáticas adversas, como la lluvia intensa o el viento fuerte. A esto se les suman limitaciones de autonomía, un dato no menor en campos con grandes extensiones como los del Sudeste cordobés.
“En nuestra zona, debido a lo extensiva que es la agricultura y los volúmenes que se manejan, los drones que aplican semillas o algún fitosanitario o fertilizante tienen limitaciones, ya que el volumen que pueden cargar no es mucho y aún no cuentan con demasiada autonomía de vuelo. Por eso, se les da un uso muy particular”, advierte Vanesa Padullés, productora y actual presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro), de Córdoba.
Monitoreo y aplicaciones
Desde hace años, varios agricultores locales vienen empleando esta tecnología para sus actividades agrícolas y ganaderas, especialmente a la hora de observar el terreno, los cultivos y los animales o bien, para la aplicación de fitosanitarios.
Mauricio Rosso utiliza estos aparatos desde hace 3 años. “Usamos drones de reconocimiento y de exploración para la supervisión de cultivos, la identificación de problemas, el conteo de plantas de maíz y girasol y la medición de cobertura en soja y trigo. Este año, a partir de la campaña que estamos cosechando, comenzamos a usar drones de aplicación para tratamientos con fitosanitarios”, dice el ingeniero agrónomo.
Un uso similar aplica, desde hace 2 años, Hernán Gassmann en su campo. “Empleamos drones en el tema de imágenes para determinar manchones y calidad del suelo porque permiten tener visión desde arriba. También trabajamos con otros más grandes para aplicación y siembra al voleo de algunas especies de pastura. Estamos dando los primeros pasos”, comenta el ingeniero agrónomo en plena cosecha.
Atrás quedaron los tiempos en que se observaba el campo desde la camioneta o a caballo. Además de precisión, los drones suman accesibilidad. “Los usamos desde hace más de 6 años y ya cambiamos 2 modelos -señala Vanesa Padullés- Los empleamos para mapear lugares, establecer manchones de pastizal o de malezas y acercarnos a ver qué tipo de maleza es y qué superficie ocupa. Con los drones, podemos medir esos manchones y saber con precisión en qué lote están y cuánto producto aplicar o qué hacer para sacarlos. También los usamos para ir viendo la calidad del cultivo”.
Junto a su esposo, Carlos Garetto, la productora también los usa para observar el ganado: “Tenemos un modelo muy silencioso y los animales ya se acostumbraron. Cuando salimos a ver rodeos, en vez de hacerlo desde la camioneta o meternos en el campo, sobrevolamos con el dron. Luego, revisamos las grabaciones para conocer el estado corporal de los animales. Incluso, nos permite contarlos”.
Una tendencia en crecimiento
Si bien el uso de drones agrícolas viene creciendo, aún no es una práctica consolidada ni excluyente, sino más bien un recurso que complementa las tareas rurales. “El balance es muy positivo, fundamentalmente el de aplicaciones. Se espera una mayor adopción en el futuro. También está pendiente el tema de las regulaciones”, señala Rosso.
Por ahora, los drones agrícolas no se comercializan en Leones pero se los consigue a través de Internet y en negocios del Sudeste cordobés. La marca líder más buscada en la zona es DJI, la cual tiene diferentes opciones, según su uso.
“Los modelos ideales para el campo son el Mavic 3 Multiespectral, con un precio que ronda los 8 mil dólares, o la línea del Agras T25 ó T50, que arranca en 24 mil dólares”, comenta Franco Roch, de la Cooperativa Agropecuaria Unión de Justiniano Posse.
Más allá de las ventajas en la agricultura de precisión, algunos productores recomiendan evaluar la relación costo/beneficio de estos aparatos antes de adquirirlos para que la inversión pueda ser amortizada de manera efectiva en las tareas rurales.
Fotos: DJI Argentina y DJI Agricultura.
