El valor de la educación especial en Leones

Por Judith Daniela Rodríguez *

Cuando nos referimos a la Educación Especial estamos haciendo referencia a la modalidad del sistema educativo responsable de garantizar el pleno derecho social a la educación de los niños y jóvenes que presentan algún tipo de discapacidad. Se refiere a una variedad de servicios que ayudan a obtener aprendizajes significativos, autonomía de trabajo y desarrollar su máximo potencial, entre otras cosas. No es un enfoque único, es personalizado y está diseñado para satisfacer las necesidades particulares de cada alumno con discapacidad.

La Educación Especial se centra en el desarrollo de habilidades y competencias específicas para cada persona, lo que les permite alcanzar su máximo potencial y desarrollarse de manera integral. Al fomentar su autonomía y autoestima el niño o joven con discapacidad, puede desenvolverse en la vida cotidiana y en la sociedad de manera más independiente y satisfactoria, lo que, a su vez podrá adquirir las habilidades y competencias necesarias para desarrollarse en los diferentes ámbitos de la sociedad, como por ejemplo en el plano laboral.

Cabe destacar también que la Educación Especial se enfrenta a diversos desafíos: se requiere mayor cantidad de recursos, materiales, herramientas; capacitación constante, especializada y actualizada por parte de docentes y profesionales que la llevan adelante. No hay secretos ni fórmulas mágicas, se trata de respetar la Educación en todas sus modalidades, de fomentar la convivencia y el respeto a la diversidad, de promover valores como la tolerancia, la empatía y la solidaridad. La Educación Especial ofrece muchos beneficios que no solo mejoran la vida de las personas con discapacidad, sino que también contribuyen al desarrollo de una sociedad más inclusiva, diversa y empática.

Valorar la Educación Especial es poner el enfoque a las individualidades, a la superación personal más allá de las competencias externas, es valorar cada paso, cada progreso, cada logro, cada esfuerzo. Es reconocer que cada persona aprende en sus propios tiempos. Es no comparar. Valorar y respetar a cada persona tal cual es. Es pedir ayuda y saber cómo y cuándo ayudar.  Pero sobre todo es reconocer que cada persona es única e irrepetible y eso las hace especiales.

*Profesora en Educación Especial.

Foto: Freepik

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