17 junio, 2025

Mauricio Pellegrino: “El deporte fue y es una gran escuela de vida para mí”

“Uno primero tiene que perseguir las cosas que le gusta hacer. Yo nunca imaginé ser futbolista profesional, a mí me gustaba jugar a la pelota. El problema es que hoy, en esta era de la tecnología, los chicos con 4 ó 10 años quieren ser como los grandes jugadores de Europa, pero es como ver la punta de la montaña y no prestarle atención al recorrido, donde uno camina”, aseguró Mauricio Pellegrino al ser consultado sobre qué le diría a las pibas y a los pibes de Leones que sueñan con una carrera como la suya.

Para el técnico de Lanús, “hay que empezar por buscar lo que te gusta y después mejorar y aprender, esforzarse mucho, porque el alto rendimiento es para muy poca gente. La mayoría no es que no llega porque no tiene condiciones sino porque afloja, ya que es muy difícil”.

En una charla exclusiva con Nuevo Día, el leonense recordó sus orígenes en los clubes del pueblo y cómo varios entrenadores –entre ellos, Raúl Perín y Hugo Tocalli- marcaron su carrera. A su vez, repasó su experiencia en equipos nacionales y extranjeros y analizó la actualidad del fútbol argentino en relación al europeo.

“Si te especializás en algo que te apasiona y le dedicás mucho tiempo, lo hacés con cariño, respeto, amor, es imposible que te vaya mal. Ahí está la clave”, dijo el DT del Club Atlético Lanús, quien también contó cómo Nuevo Día lo acompañó durante sus años en Valencia: “El periódico fue nuestro nexo con Leones. Nos llegaba cada 15 días o a veces 2 juntos. Era nuestro contacto con el pueblo, antes de la computadora”.

Pellegrino en conferencia de prensa de Lanús.

Del campo al club, del club a la gran ciudad

“Hay un flaco que anda bien. Si alguna vez vas para la zona, acercate a Leones para verlo”. Ese comentario de Roberto “Tito” Bonvillani a Hugo Tocalli, reconocido entrenador de Vélez oriundo de Monte Buey, marcó la vida de Mauricio Pellegrino. El coordinador de “El Fortín” vino a Leones, conoció al jugador y lo invitó a formar parte del club donde el leonense comenzó una carrera que lo hizo trascender a nivel mundial.

El leonense durante sus primeros pasos en el fútbol profesional.

Tras integrar las inferiores de Vélez, debutar en primera, participar de 8 temporadas, ganar 9 títulos y disputar cientos de partidos con el club de Liniers, hacia 1998, al exdefensor central le llegó la oportunidad de jugar para importantes clubes de Europa: Barcelona, Valencia, Liverpool y Alavés, donde se retiró como jugador en 2006.

Ese año, empezó una nueva etapa en su carrera deportiva dentro de los equipos técnicos. Luego de sus experiencias en Valencia, Liverpool y el Inter de Milán, en 2012, tuvo su gran experiencia como máximo responsable de la primera división del Valencia. Al año siguiente, volvió al país para dirigir Estudiantes de La Plata y luego Independiente. De regreso a Europa, lo hizo para Alavés, Southampton y Leganés.

En tiempos de pandemia, regresó para dirigir el club donde debutó en primera: Vélez Sarsfield. Luego, continuó como DT de Universidad de Chile, Cádiz y, desde fines de 2024, del principal club de Lanús.

Cuando uno repasa tu carrera va haciendo un recorrido por muchas entidades famosas, pero ¿cómo fueron tus inicios en los clubes locales?

MP: Bueno, yo me crié en el campo y cuando nos fuimos a vivir a Leones con mi familia, el fútbol fue un aspecto muy importante para mí. Empecé a jugar en los campitos que había en cada barrio. Una tarde, mi primo Walter Muñoz con sus amigos fueron al Club Leones y yo fui detrás. Así comenzó todo, por casualidad.

Empecé jugando en el Club Leones, que recién arrancaba con el fútbol infantil, con los chicos más grandes. Al principio me costaba porque eran mayores que yo, no me podía adaptar, no lo disfrutaba, pero para mí era una herramienta para hacer amigos. Cuando venís del campo y pasás al pueblo, a Leones, es un gran cambio.

¿Qué edad tenías?

MP: Entre 11 y 12 años. Al año siguiente, en Sarmiento empezaron a hacer fútbol infantil con las canchas más chicas y ahí un entrenador, Raúl Perín, me invitó a un torneo de la clase 71, ya que necesitaba jugadores de esa edad. Así empecé a jugar un torneo para Sarmiento y me enganché porque tocaba más la pelota, me sentía que era capaz de hacerlo.

Por eso, siempre recalco la importancia que tienen los clubes para las familias y los jóvenes. Hacer un deporte en equipo te ayuda en un montón de cosas como la amistad o para aprender sobre tus emociones. Sentís la alegría de compartir, de hacer algo más grande que vos mismo. Se te va un poco el egoísmo, hacés amigos, aprendés de tus fortalezas y debilidades.

Para mí el deporte fue una gran escuela de vida y lo sigue siendo, lo que me pasó en Leones fue mágico. El rol que tienen los clubes en cada pueblo de nuestro país es fantástico, lo bien que le hacen las actividades sociales a la comunidad.

Entrevista con Nuevo Día en los primeros años de su carrera deportiva en Buenos Aires.

¿Y cómo fue tu salida de Leones para jugar en Vélez?

MP: Eso sucedió cuando terminé la secundaria, a los 17. Una persona de Leones que fue a jugar a las bochas a Vélez le pasó mi nombre a Hugo Tocalli, quien entrenaba en ese club, para que me viera y así sucedió.

¿Quién fue esa persona?

MP: Tito Bonvillani. Yo me enteré con el tiempo, cuando él mismo me lo contó. Después, me lo confirmó Tocalli. En enero de 1989, luego de terminar la secundaria, vine a Vélez y me quedé, así empezó esta aventura. Llegué para vivir una experiencia más que para jugar al fútbol profesional. Lo más duro fue venirme a Buenos Aires.

¿Por qué? ¿Qué te pasó durante ese proceso de cambios?

MP: Vos te alejás de todos tus amigos, de tu entorno, de la seguridad de tu familia. Yo me considero una persona introvertida, tímida y, bueno, no fue sencillo. Estaba en la pensión, casi en soledad, éramos 4 o 5 muchachos, nada más. Eso fue duro, pero también me hizo aprender de mí mismo para sacar la fuerza que uno tiene, sus capacidades. Me ayudó para crecer a nivel humano. Los entrenadores también me ayudaron a mejorar, a aprender.

¿Quiénes fueron? ¿Te acordás de algunos nombres?

MP: Hugo Tocalli, Héctor Bentrón, Raúl Perín en Leones, (Salvador) “Toto” Calvanese en Vélez, “Pocho” Blanco, Alberto Fanesi… Todos me trataron muy bien. Nosotros llegábamos con una mano adelante y otra atrás y te daban todo: formación, entrenamiento, educación.

“Hay que empezar por buscar lo que te gusta y después mejorar y aprender», recomienda el entrenador.

Clubes: su importancia y nuevos debates

En la charla con Nuevo Día, el ex jugador de la Selección nacional destacó el rol que los clubes desempeñan en las comunidades, no solo en lo deportivo sino también en lo cultural, especialmente en un país como Argentina, donde el fútbol ayuda a construir identidad e integrar.

Después de haber formado parte de clubes argentinos y europeos, ¿qué semejanzas y diferencias encontrás?

MP: A nivel cultural, acá se vive el fútbol como en muy pocos lugares en el mundo. Nosotros tenemos ese gen competitivo que hace que destaquemos a nivel mundial. Por eso, el jugador argentino es siempre un producto muy buscado por su capacidad de resiliencia, de lucha, de nunca bajar los brazos. Creo que tiene que ver un poco con nuestra sociedad, que nunca se entrega, es muy solidaria y entrega todo para salir adelante en todos los niveles, no solo en el fútbol, en la vida misma.

Todas las familias tienen a alguien que le gusta el fútbol o que es fanático de un club, y eso se traslada un poco a cómo lo vivimos. Afuera hay fútbol y países muy futboleros, pero también tienen básquet, automovilismo, rugby. Hay otros deportes de alta competencia, y el fútbol no es cuestión de vida o muerte como acá. Incluso, hoy se transformó en un factor anímico: si me siento contento o no depende de cómo salga mi equipo. Nos pasamos casi a la obsesión, lo cual está mal.

Además, en la mayoría de los países, los clubes son sociedades anónimas, entonces no tienen esa función como acá porque el socio no se siente dueño del club, tal como sucede en Argentina.

Pellegrino: «Lanús es un gran club (…) Estoy luchando con todas mi fuerzas para estar adelante y hacer lo mejor posible».

Esas lógicas también comenzaron a debatirse acá. ¿Cuál es tu mirada? ¿Los clubes deben ser asociaciones civiles o sociedades anónimas?

MP: Una sociedad anónima tiene un fin concreto, que son los beneficios económicos, mientras que una asociación civil no tiene fines de lucro. Por eso, en Argentina se invierte tanto en formación, en los chicos y en todos los deportes.

Si vos agarrás al Club Sarmiento o al Club Leones no hay ningún deporte que salga derecho. Todos dan pérdidas. ¿Por qué? Porque el beneficio está en mantener las canchas de tenis, de fútbol, los vestuarios, la pileta de natación, la factura de gas, la factura de luz, y todo eso también gracias a la gente que ayuda en los clubes. Cuando vos contás afuera que hay gente que ayuda a los clubes y lo hace ad honorem, no te lo creen.

Ahí se ve lo cultural, que decías antes

MP: Claro, ahí está. Por eso un socio se siente partícipe del club, se siente dueño, tiene ese sentimiento de “Yo soy parte de esta institución”. Eso es algo muy fuerte en nuestro país, hace que puedas invertir en todas las actividades, incluso en las culturales. Hoy los clubes tienen colegios, universidades, formación terciaria, ajedrez. Bueno, hacen un montón de actividades con una función social muy fuerte.

A su vez, el fútbol es el único deporte que puede dar beneficios: vender a un jugador se ha convertido un poco en la bandera, en el sostén de los clubes, donde más invierten.

En Europa, por ejemplo, la mayoría de los dueños de los clubes son fondos de inversión árabes o chinos, que compran los clubes para trascender, tener una imagen, potenciar una marca, etcétera. Su parte buena es que funciona todo y hay un responsable. Además, no están politizados ni hay elecciones, cosa que hoy pasa mucho en nuestro país. Hay mucha política alrededor de los clubes. Eso es un poco lo que yo observo.

El presente en Lanús

Luego de su regreso a la Argentina, tras su paso por Santiago de Chile y Cádiz (España), “el Flaco” Pellegrino firmó contrato hasta fines de 2025 para dirigir el Club Atlético Lanús, la principal institución deportiva de la localidad ubicada a 12 kilómetros al sur de Capital Federal, en el conurbano bonaerense.

En los últimos días, luego de quedar eliminado por penales de los octavos de final de la Copa de la Liga Argentina (Torneo Apertura) ante Boca Juniors, el pasado 10 de mayo, el equipo de Pellegrino no le dio tiempo a la tristeza y se recuperó al vencer a Vasco Da Gama (Brasil) y asegurarse un lugar en los octavos de final de la Copa Sudamericana, convirtiéndose en el primer club argentino en pasar de etapa en un torneo internacional.

Fiel a su estilo, el entrenador leonense no baja los brazos y sigue de cerca la evolución de su equipo, en busca de nuevos títulos.

El leonense tiene contrato para dirigir Lanús hasta fines de 2025.

¿Cómo te sentís en Lanús y cuáles son tus objetivos?

MP: Hacer lo que me apasiona es mi guía o propósito. Ayudar a los futbolistas, tal como me ayudaron a mí, me encanta. Por encima de ganar o perder, que es lo que perseguimos todos, ayudar a una persona a nivel humano es fascinante. Empujarla, darle confianza son cosas que hicieron conmigo mis formadores. Uno nunca termina de aprender porque las generaciones van cambiando, y eso es algo que me gusta mucho.

Lanús es un gran club, una institución que tiene algo que lo distingue: toda la gente que lo conduce se unió políticamente y eso lo ha hecho crecer y codearse en muchos momentos con grandes clubes del país. Le permitió ganar títulos, ser constante, armar buenos equipos, tener un proyecto formador muy claro. Eso fue un poco lo que me motivó a venir a vivir esta experiencia, que estoy disfrutando. Estoy luchando con todas mi fuerzas para estar adelante, hacer lo mejor posible.

Pasaporte futbolero con identidad leonense

“Leones es mi lugar en el mundo, a pesar de que tuve más años de mi vida afuera que allí. Lo sigo sintiendo así, con mi familia vamos siempre que podemos”, asegura Pellegrino al ser consultado sobre su relación con el pueblo donde comenzó su carrera.

Junto a su esposa, Andrea Casalánguida, y sus hijos –Mateo (23) juega de delantero en el Parma (Italia), tras su debut en Vélez Sársfield, como su padre– siempre tienen presente a esta ciudad del Sudeste cordobés.

A sus 53 años, el ex defensor sigue llevando adelante su carrera como entrenador guiado por aquello que lo marcó desde chico, cuando dejó el campo atrás y se atrevió a tomar la ruta 9 para enfrentar nuevos desafíos, más allá del Río de la Plata.

«El jugador argentino es muy buscado por su capacidad de resiliencia, de lucha», asegura el exdefensor.

¿Qué sueño te queda pendiente como DT?

MP: Como entrenador, yo vivo el día a día, no pienso mucho más. El fútbol es mi vocación y casi que no lo siento (como trabajo), aunque me requiere mucho esfuerzo porque me alejo mucho tiempo de mi familia -especialmente los fines de semana, algo que me sucede desde mis años como jugador- pero lo siento como una vocación. No pienso mucho más allá, porque hoy el trabajo de entrenador es muy inestable, uno tiene que aprender a entender el lugar donde está.

Dentro de algunos años, una vez que te jubiles, ¿te imaginás viviendo en Leones?

MP: Nosotros tenemos nuestro lugar en Leones y vamos siempre que podemos.

¿Cuáles son esos lugares del pueblo que te gustan?

MP: En general, todo. En Leones tengo a mis amigos, mis padres, mis hermanos, la familia de mi esposa. Cuando nosotros volvimos de Italia, nos vinimos a vivir de nuevo acá, para reencontrarnos con lo que habían sido nuestros orígenes. Ya teníamos 3 hijos y queríamos que estuvieran con sus abuelos, los primos, la familia. Y la verdad es que estoy muy orgulloso de haber hecho eso con mi esposa. Actualmente, a veces nuestros hijos van solos a Leones para verse con sus amigos, con las primas, a pasar el fin de semana.

Los recuerdos de mi infancia están ahí, al igual que la mayoría de mis amigos, y estoy muy orgulloso de eso. Mi identidad está en Leones, mi formación fue ahí, mi educación básica y a eso uno lo lleva para toda la vida.

Fotos: Prensa Club Atlético Lanús. Archivo Nuevo Día.

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